jueves, 21 de agosto de 2008

3.- JOVINO Y BENITA

Quizás empezar diciendo que quienes nos unen hoy aquí son Jovino y Benita, nacidos ambos en Candás e hijos de candasinos, por eso nuestra vinculación a Candás no tiene dudas desde hace siglos. Cada uno de ellos tendrá en breve un capítulo en el blog dedicado a sus respectivas familias así que lo que viene a continuación trata de situar en el tiempo la familia que formaron entre los dos y el ambiente en que se desarrollaron sus vidas...


Jovino emigra a Cuba a los 17 años y allí pasa varios años tutelado por su tio. Vuelve a los 33 ó 34 años, ya convertido en su hombre de confianza y fundan (Genaro desde Cuba y él aquí) la Banca “Velasco y Sobrino”, que dirigirá el sobrino hasta el fallecimiento del indiano, momento en que se liquida la Sociedad. Jovino sigue vinculado a la banca como cobrador de bolsa y efectos de giro hasta que, en 1923, abre y pasa a dirigir la Sucursal en Candás del Banco Minero Industrial (con el tiempo, irían incorporándose a el sus hijos Jovino, Oscar, y Alfonso).


El 17 de Abril de 1890, también a su vuelta de Cuba y a punto de cumplir los 37 años, se casa con Benita , de 21. La ceremonia tiene lugar a las cinco de la mañana (costumbres de la época: todos se casaban de madrugada) y a la vuelta de la Iglesia se sirve una chocolatada a todos los invitados, justo antes de partir de viaje de novios hacia Valladolid, Palencia, Astorga y Maragatería. Con motivo de su boda, los padres de Benita les dan la casa de la calle Braulio Busto, que sería siempre el domicilio familiar y en la que nacerían todos sus hijos. Abajo, foto que Benita le dedica a su "distinguido amigo Jovino" 7 meses antes de su boda.



El 8 de Marzo del año siguiente llegará su primer hijo, que será una niña, Marina. Tendrán un total de 12 : Marina, Aurea, Oscar, Alfonso, Jovino, Maruja , Maria Luisa, Benita, Maria Teresa , otra Maria Teresa, Telmo y Angelina. Pasarán juntos por la pérdida de cuatro de sus hijos (Aurea, Mª Luisa, Maruja y Mª Teresa) y Benita, ya viuda, por la de Jovino y Oscar, asesinados en los comienzos de la guerra civil .


Paralelamente al tema bancario, el matrimonio regenta un comercio en los bajos de su casa; funcionaban entonces las famosas libretas, donde se iban apuntando las compras hasta que llegaba la costera y la gente de la mar podía liquidar la deuda. Este negocio era, a su vez, lugar de reunión y tertulias (de caballeros, naturalmente) y su hija Marina nos tiene recitado un dicho de la época que decía:

“En la tienda de Jovino forman grato tertulín Don Agapito,
Genaro, Don Segundo y Covanín, el cura de este pueblo,
Silvestre y el tío Pachón, Pepelíco algunas veces y el hermano
del patrón. Y como toda esta gente lee la prensa local, sabe si
aquello de Cuba sigue bien o sigue mal”

Los personajes de la tertulia son fácilmente identificables, excepto Silvestre y el tío Pachón que no tenemos idea de quienes puede ser. Agapito es el padre de Virginia. Genaro es el hermano de Jovino, el conservero. Segundo es el cura de la familia, ya sabéis. Covanín es el padre de Benita, es decir, el suegro de Jovino. El hermano del patrón tiene que ser Hermógenes (el padre de Honorina) o Anselmo , puesto que a su otro hermano, Genaro, ya lo mencionan antes. Y Pepelico, pués eso, Pepelico.

Estamos hablando de una época (finales del XIX y principios del XX) en que no había agua corriente y para cubrir las necesidades había que ir diariamente a Santarúa a coger agua en baldes para llevarla a casa ; una época en la que a Gijón se iba en coche de caballos y el teatro Santarúa era el no va más del directo y Jovino, junto con otros personajes de su famosa tertulia, eran los empresarios del espectáculo de turno con piezas como “La alegría de la Huerta” y otras (abajo, cartel de 1903 donde se menciona a los propietarios);


una época en la que a los hijos se les va formando en el comercio y los negocios y a las hijas en la casa; una época en la que a Benita le toco tirar por la prole, la casa y la tienda, aunque para todo ello contara con la ayuda de sus hijas mayores y de algún criado, como los llamaban, que generalmente siempre eran castellanos y que ocupaban el último piso del edificio.


Por los comentarios familiares, podría deducirse que Jovino era un hombre listo y de carácter; rígido con sus hijos/as pero preocupado de su formación, educación y situación, y Benita una mujer volcada a sus tareas domésticas y familiares, que todavía sacaba tiempo para atender el comercio y que debió tener mucha importancia en todo el orden de “la casa”. Y por la biografía, reseñas de la época y currículo, podria deducirse que Jovino era un hombre profesionalmente serio y de formación comercial sólida; todo un personaje en el Candás de entonces, en el que ocupó varios cargos públicos.



En cualquier caso, el matrimonio siempre supo transmitir a sus hijos esa unión y ese sentimiento de “clan” del que alguna vez hablamos con cierta sorna. Sus descendientes forman hoy la llamada Muñizada...

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